Feijoísmo

Es un prodigio comprobar cómo se lanzan a excusar el oxímoron de la nación plurinacional quienes de ser otro el emisor pedirían un auto de fe.

Van a tener que hacer pilates extremo para alcanzar las posturas contorsionistas que tendrán que adoptar quienes quieren camuflar las consecuencias del vaciado moral de un partido político. Tener que convencer a todos de que considerar que la moderación se mide en función de tu empatía con el nacionalismo, es altura de Estado, exige mucho. Y la operación será un bomba nuclear táctica para ciertas credibilidades.

Hay quien dice que con estos movimientos en el PP han abandonado la guerra cultural, pero no es cierto. Han cambiado de bando.

La belleza en la tristeza: los últimos días de una amistad

Minerva es un miembro de mi familia, tiene 14 años, es una perra de aguas, tiene cáncer de estómago y va a morir en pocos días. Minerva es una perra excelente, su mayor cualidad es la bondad. Ni siquiera ha sido traviesa o algo gamberra. Siempre ha sido muy buena y tímida. En estos días, en los que se va apagando, sus ojos te siguen mirando con el profundo amor con el que te miran desde que con dos meses llegó a casa.

Hernán, mi hijo de 3 años, no conoce el mundo sin Minerva, sabe que está enferma y aunque no comprende la muerte, algo se huele. Intuye que esto se termina. Tengo a ambos a un metro y medio de distancia, y es la escena que veo la que me ha movido a escribir estas líneas. El niño abrazado a la perra hace largo rato, la perra besando al niño, algo que hará hasta su último minuto. Tengo delante de mis ojos la amistad más pura que he conocido. Es probable que ella con el paso del tiempo sea una leve nebulosa en la memoria del hombre en que se convertirá el niño, pero es seguro que la huella en el carácter y el amor por los animales que sentirá ya siempre, tendrán su origen en la suerte de haber llegado al mundo con un ser tan bueno y leal a su lado desde el primer día.

Y mientras llega el último momento el abrazo persiste.

Desastre climático…¿para quién?

La especie que más va a sufrir con el cambio climático es la nuestra. Primero porque sabemos que existimos. Segundo porque somos hoy la especie más llorona de la tierra y que menos preparada está para las privaciones. Las demás especies no se dan importancia y no saben que cambia el clima. Aparecen y desaparecen sin aspavientos.

Si una raza extraterrestre hiciera una medición global sobre qué especie es la dueña del planeta, las hormigas por permanencia y antigüedad, quedarían muy por encima del hombre. Lo aprendí de Bernard Werner. Seríamos un microparéntesis si nos esfumásemos.

Si de verdad hubiera un desastre climático en plan Roland Emmerich, algunas décadas después, las especies supervivientes si supieran brindar brindar, brindarían.

El llanto y la alarma actual no es por el planeta: es por el hombre. Y bien está.

Publicidad institucional

Llevo ya algunos meses trabajando sobre la idea de La Verdad. La Verdad es la bola de demolición del populismo y del casi pleonasmo nacional-populismo.

Uno de los libros importantes que he leído en este tiempo es Plantar cara, de Steven Weinberg. En uno de sus textos, cuando defiende que nuestras creencias deben basarse en razonamientos objetivos, al margen de si nos hacen sentir bien o mal, o contra lo que otros como Baggini han denominado razonamiento motivado, el brillante Weinberg escribe:

A lo largo de la historia, la gente parece haber estado dispuesta a aceptar la autoridad al juzgar cuestiones de hecho, tanto la autoridad de los vivos, organizados en gobiernos o sectas, como la autoridad de los muertos, expresada en la tradición y en los escritos sagrados. No quiero decir que hayan cedido a la autoridad sólo en lo que dicen que creen (lo que se podría atribuir a una prudencia razonable), sino también en lo que creen. La novela de George Orwell 1984 proporciona una brillante descripción de cómo funciona esto. Su héroe, Winston Smith, había escrito que “la libertad es la libertad de decir que dos más dos son cuatro”. El inquisidor, O’Brien, toma esto como un desafío. Bajo tortura, Smith es fácilmente persuadido a decir que dos más dos son cinco, pero eso no es lo que O’Brien busca. A medida que aumenta el dolor, Smith desea tanto que la tortura pare que logra autoconvencerse durante un momento de que dos más dos podrían ser cinco. O’Brien está satisfecho y la tortura para durante un rato. La autoridad no opera normalmente con tal eficiencia, pero incluso cuando nos amenaza con dolores menores, éstos pueden tener durante toda una vida efectos impresionantes sobre lo que creemos.

Plantar cara, Steven Weinberg

Y entonces he empatizado con todos aquellos que hoy derrapan girando 180º. Una empatía mezclada con pena por la renuncia a ser libres.

Derrapan al ver venir a O’Brien o quien pueda serlo próximamente. Lo que era nacional-populismo hace meses ahora es perfectamente asumible, lo que era apuñalar por proponer acuerdos, es ahora política de Estado, lo que era será lo que precisen. Publicidad institucional.

Luego que si creen más al whatsapp reenviado. Por eso leo, creo y me felicito o flagelo por lo que escriba esa minoría libre, que al final son los que seguí siempre. Tiene una cosa buena, cada vez tardo menos en el repaso de la actualidad.

Guernica y los aplausos

Compareció Zelenski en el Congreso de los diputados, la principal petición que hizo fue más efectividad en el bloqueo económico a Rusia. En todas las intervenciones que ha ido realizando en diversas cámaras legislativas de todo Occidente, el presidente de Ucrania ha hecho referencias históricas del país en cuestión al que se dirige. En España puso el ejemplo del bombardeo de Guernica para hacer un paralelismo de lo que su pueblo sufre frente a la invasión rusa.

Guernica fue bombardeada en la Guerra Civil por la Legión Cóndor. Españoles masacrados por extranjeros. Vox promovió críticas contra Zelenski por usar Guernica y no la matanza de Paracuellos y yo, 48 horas después, creo que deben una explicación a todos:

1. ¿Por qué Paracuellos sí y Guernica no?

2. ¿Por qué de todo el discurso de Zelenski se quedaron con esto? ¿Es un desvío de la atención (exitoso) del asunto central de la comparecencia?

3. ¿Tiene algo que ver todo esto con que Vox no haya votado nunca contra los intereses de Putin, tenga como referente a Orbán, aliado de Putin dentro de la UE? Porque ponen tuits y hacen intervenciones donde llaman a Putin criminal, pero a la hora de votar en Europa, en el Congreso o en otras instituciones, siempre encuentran la excusa para no apoyar sanción efectiva contra Putin. Sea quitarle una medalla, sea investigar en el Parlamento Europeo sus vínculos en Europa, sea condenarlo en una cámara autonómica. Luego registran una propuesta cosmética para declararlo persona non grata, registrar no es llevar a votación. Tiene la validez de otro tuit.

Al otro lado del espectro, tenemos a Podemos, que es la cáscara del Partido Comunista de España, que quieren que Ucrania se rinda cuanto antes, que no tenga armas y que no aplaude a Zelenski en sus intervenciones o si lo hace, es por cortesía, como ha dicho Alberto Garzón.

Tal vez no sea casual que son los dos partidos españoles que han recibido capital extranjero a espuertas y nunca han explicado bien para qué. Tienen suerte estos partidos de que sean cuestiones que se pierden en el fragor de la actualidad, y esta suerte de estos partidos es la desgracia de España.

Belarromonterismo

Belarra y Montero, ministras quintacolumnistas del Gobierno de España, dicen que no hay que enviar armas a Ucrania. Que hay que aplicar diplomacia de precisión.

La historia del siglo XX nos da algunas evidencias duras y constantes: un nacionalista una vez que comienza una escalada bélica nunca para por la acción diplomática. La diplomacia se hace a un lado cuando comienza la guerra y se retoma cuando alguna de las partes pierde fuerza o ve como imposibles sus objetivos iniciales.

El Belarromonterismo a los T-90 rusos quiere oponer el feminismo. Dice que la paz vino de las mujeres que supieron reconocerse como hermanas. No dice qué paz. Es la paz en general. No sabemos si la que vino tras la Guerra de las Galias, la de Versalles o la Conferencia de Yalta.

Yo no subestimo la ignorancia del Belarromonterismo, pero si tuviera que apostar, diría que en este caso a la estupidez a que sumar una filia. La filia por Putin.

Hermanas por la paz